martes, 28 de octubre de 2014

En el Cementerio El Salvador de Rosario, Argentina, se concretó singular recreación escénica sobre Lucrecia Castagnino y Emilia Bertolé

Organizada por la Dirección General de Defunciones y Cementerios, dependiente de la Secretaría de Servicios Públicos y Medio Ambiente, se concretó el sábado 25 de octubre en El Salvador la propuesta Un puente soñado desde el arte, que busca integrar diversas expresiones artísticas utilizando al conjunto arquitectónico del cementerio como plataforma escénica.
 
Mónica Alfonso fue la responsable de la idea, selección de textos, vestuario de época y dirección teatral. En esta ocasión, el público pudo conocer y disfrutar las historias de vida de Lucrecia Castagnino y Emilia Bertolé, representadas a través de las voces de Marta Pierucci y María Olga Bereciartúa, respectivamente.
 
Junto a ellas, en el cierre del encuentro, participó Claudia Almirón; en tanto el flautista Gabriel Fernández fue guiando a los presentes desde el ingreso al cementerio, recorriendo los panteones donde descansan los restos de ambas artistas, hasta el Paseo de los Ilustres, espacio donde finalizó la representación.
 
Participó también el equipo de voluntarios de lectura interpretativa –integrado por Marta Giordani, Belkis Ballhorn y María del Carmen Godoy– que forma parte del proyecto La hora del cuento, un programa coordinado por Alfonso que depende de la Secretaría de Cultura municipal.
 
Un puente soñado desde el arte se constituyó de este modo en un relato que conectó las historias de ambas personalidades de la ciudad, “verdaderas fiestas para la ilustración”, se dijo, aunque no fueran contemporáneas. Mientras que Lucrecia Castagnino (1927-2001) fue actriz, directora de teatro, periodista y traductora, Emilia Bertolé (1898-1949) fue reconocida por su producción en el campo de la pintura y también por su obra poética.
 
“Construimos una pasarela aparente para unirlas y recordarlas hasta el descubrimiento y conocimiento de sus obras y sus vidas. Levantamos una plataforma ficticia para que desde el pasado ascienda la maravilla de sus producciones y sus propósitos. Sus vidas fueron leyendas bien narradas, recorrieron la existencia como si todo mereciera el nombre de milagro”, interpretó Alfonso a través de sus textos que se escucharon el sábado en la necrópolis de Ovidio Lagos y Pellegrini.
 
La propuesta se llevó a cabo en el marco del Programa de Preservación del Patrimonio en Cementerios, según el plan previsto para 2014.
 
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