"Polvo eres y en polvo te convertirás”. Actualmente ésa es la única verdad inamovible en el terreno de los ritos funerarios. Próxima la festividad de Todos los Santos, día en el que en España se recuerda a los difuntos, se hace patente el avance imparable de un cambio en ese paisaje teñido en negro de entierros centrados en el duelo y las ceremonias estandarizadas. Si se puede despedir a un muerto con una sonrisa, ¿por qué hacerlo inundados en llanto?
Aunque suene a broma macabra, éste es el filón que han detectado las empresas que se dedican a un negocio que mueve mil millones de euros en servicios al año en el país. Ellas, aplicadas, han hecho sus estudios de mercado. Las conclusiones son claras: adiós a las pompas oscuras; bienvenidos los homenajes a la vida. La transformación pasa por ofertar incluso ceremonias retransmitidas en streaming, que por algo la economía es global y los allegados pueden encontrarse en la otra punta del globo. Gana puntos recordar y emocionarse, y para conseguirlo nada mejor que trajes elaborados a la medida de cada una de las familias que, en el momento de enfrentarse a este trance, eligen cada vez más despedir a su finado con catering, audiovisuales, relatos personales, mensajes colgados on line o incluso el Asturias patria querida, como ocurrió recientemente en Valencia durante el funeral de un asturiano.
La brecha religiosa y el laicismo creciente tienen mucho que ver, pero seguramente también la escasa tolerancia a la frustración de una sociedad que se ha educado en las últimas décadas en la cultura del bienestar. Y cómo no, la importación de costumbres extranjeras menos lacerantes en las que es normal organizar un almuerzo –Estados Unidos–, vivir la despedida casi como un carnaval con fuegos artificiales incluidos, como ocurre en algunas localidades de India, o reunirse alrededor de las tumbas cargados de flores, dulces, comidas y globos para pasar un día festivo con los difuntos como ocurre en México, donde su festividad del Día de los Muertos ha sido declarada por la Unesco patrimonio cultural inmaterial de la humanidad".
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