"Salvador María del Carril se casó con Tiburcia Domínguez: vivieron años felices hasta que la humilló públicamente porque gastaba demasiado. No se hablaron durante 30 años. Para sorpresa de todos, cuando murió, ella ordenó construir un mausoleo impresionante en la Recoleta: él, sentado en un sillón, mirando al sur. Pero no fue un acto de amor. En su testamento dejó su última voluntad: que su busto fuera instalado de espaldas al de su marido 'como vivimos siempre'".
Los invitamos a seguir disfrutando de esta interesante historia, publicada por el portal Infobae, a través del siguiente link:
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