Buenos días estimados amigos y colegas de la Red Iberoamericana de Cementerios Patrimoniales,
Desde hoy viernes 22 de abril, una nueva estrella brilla en el firmamento de la historia que narra y se escenifica en las calles del Cementerio General. Sin duda un tema de Estado y de interés trascendente para los ex presidentes Frei, Lagos, Bachelet y Piñera, y para los demás presidentes que nos gobernarán.
Con excepción de Gabriel González Videla y de Augusto Pinochet, todos los presidentes están enterrados en el Cementerio, además de varios gobernantes previos a la creación de la institución de la Presidencia de la República. A este conjunto de tumbas lo denominé “Panteón” y significa “templo de los dioses”, o sea estamos hablando del templo de las figuras máximas desde el punto de vista republicano.
La tradición de enterrar, honrar y glorificar (según sea el caso), surgió junto con la república y con la fundación del Cementerio General en 1821.
El estado de conservación de muchas de estas tumbas es bueno, de otras es regular y de otras es malo. El 2012 y con la colaboración del entonces diputado Harboe, logramos que se subsanara la profanación del mausoleo del presidente J.J. Pérez (N°17 del pdf adjunto) que estaba siendo usado como bodega de materiales de construcción, pese a que lo advertí el año 2009 a todos los Consejeros del Consejo de Monumentos Nacionales durante el difícil proceso de declaratoria del Monumento Nacional del recinto (hoy el Monumento Histórico más grande, complejo y significativo de Chile). Gozan de buen estado de conservación y de culto activo practicado por familiares o devotos, las tumbas de Balmaceda (N°21), de Allende (N°39), de Aguirre Cerda (N°35), de Alessandri (N°29 y N°37), etc. Han sido trasladados a otros lugares Juan Martínez de Rosas (N°1) y Bernardo O’Higgins (N°7). Se encuentran el franco olvido o en situación de deshonra las tumbas de F.A. Pinto (N°10), Manuel Bulnes (N°15), J.J. Pérez (N°17), J. Montt (N°23), E. Montero (N°33). El mausoleo de M. Baquedano colapsó en el terremoto de 1985 siendo reconstruido por las FFAA y tras el terremoto del 2010 sufrieron daños ornamentales los mausoleos de Allende, de F. Errázuriz Z. (N°18) y el de L. Barros Borgoño (N°30) que quedó con daños profundos aunque poco evidentes.
Conozco el funcionamiento del Cementerio General desde el año 2000 y sus problemas siguen siendo los mismos, razón por la que cumplo la función de suplir dentro de lo posible las carencias del Estado en el cuidado de este patrimonio. El Estado Chileno ha mantenido la política invariable de sostener que es problema de los privados, incluso después de ser declarado Monumento Histórico y de que la Contraloría dictaminara lo contrario en el Informe N°32.822 del 2012, un desahucio que recuerda el “pago de Chile” o la inescrupulosa frase de “a este muerto no lo cargo yo”. La administración está en manos de la Municipalidad de Recoleta (el responsable final es el alcalde y no el director) y los excedentes que produce el funcionamiento del Cementerio (entre 1000 y 2000 millones anuales) terminan las arcas municipales destinados a gastos con retribución electoral y no reinvertidas, ni gastadas en una adecuada conservación. Por esto he sostenido desde hace tiempo que la administración y propiedad debiera estar en manos de una fundación o corporación sin fines de lucro y con un directorio que represente a los intereses del Cementerio.
Una transformación de estas características, sólo puede ser impulsada por la Presidencia de la República. Tras el análisis estadístico de los ingresos y de la cantidad de entierro anuales, es evidente que llegará el momento en que el Cementerio producirá pérdidas y que Recoleta procederá a su clausura.
Patricio Aylwin deja la vida y pasa a la posteridad, pero ¿puede hoy en día garantizarse su descanso perpetuo, en paz?
Teniendo la familia Bachelet un mausoleo en el patio 17 ¿La actual presidenta será enterrada en ese lugar junto a su padre o se le destinará una nueva ubicación? ¿Quién define y cómo se administran los escasísimos lugares disponibles, después de años peleando porque se norme en un Plan de Manejo que incomoda a Recoleta y al precario Consejo de Monumentos? ¿Continuará en funcionamiento el camposanto el día en que Bachelet deba ser enterrada o tendrá que buscar otro lugar? ¿Estamos viviendo el ocaso del Cementerio General de Santiago y con ello de una tradición republicana inherente a la República?
Acompaño este correo con un material inédito que para mí es un pequeño tesoro y que me vi en la necesidad de realizar dado el desinterés de la Presidencia, de Recoleta y del Consejo de Monumentos. Es el plano con la ubicación de las tumbas de todos los gobernantes y presidentes dentro del Cementerio, complementado con retratos, fotografías de las sepulturas y fechas de los períodos en el poder, información que también está disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=w1llcfHb3NM
Atentamente,
Tomás Domínguez Balmaceda