"La muerte es algo que todos vamos a encarar algún día. Lo mágico de ella es que no sabemos cuándo. No tenemos ningún control ni posibilidad de evitarla. Como Woody Allen, podríamos decir: “No le tengo miedo a la muerte, simplemente no quisiera estar allí cuando me suceda”, pero sabemos que vendrá, y que ahí se acabó todo, aunque no, según algunos.
Los cristianos y musulmanes creen en una vida más allá de la muerte, ya sea en el cielo, el infierno o el purgatorio, que es como una estación donde uno espera el tren sin saber cuándo va a llegar. Creo que los evangélicos o los mormones piensan que para el anunciado “juicio final” todos revivirán para encontrarse con los seres queridos (aunque no dicen en qué estado físico). Los hinduistas, a quienes he visto en Benarés quemar los cuerpos con madera de sándalo y echar las ceniza al caudaloso Ganges, creen en la reencarnación, que sería como un proceso de perfeccionamiento a lo largo de varias vidas para llegar al Nirvana.
a idea de quemar el cuerpo y esparcir las cenizas es la más atractiva. El poeta mexicano Alejandro Aura, con quien mantuve contacto por correspondencia alguna vez, hizo cremar sus restos y sus cenizas fueron colocadas detrás de una placa conmemorativa en el café que solía frecuentar en el Parque Centenario de Coyoacán. Algo así me gustaría, pero aquí no hay un café tradicional que dure varias vidas".
Los invitamos a seguir disfrutando de la lectura de este interesante artículo relacionado con el Cementerio General de La Paz, publicado el día de ayer en el diario Página Siete, aprovechando para resaltar que el equipo de trabajo de este espacio funerario, se hizo acreedor al Reconocimiento especial de la Red Iberoamericana de Valoración y Gestión de Cementerios Patrimoniales 2018 en la Categoría 2: Gestión patrimonial de espacios funerarios.
Pueden acceder al artículo a través del siguiente link:
No hay comentarios:
Publicar un comentario