"En la ciudad de Guadalajara los cementerios
eclesiásticos principales situados en el interior de la iglesia catedral, y
dentro del recinto del Real Hospital de San Miguel de Belén, registraron
las localizaciones más céntricas en la
urbe. Durante el siglo XVIII atrajeron los decesos masivos de las víctimas de
las epidemias urbanas más letales, por lo que a finales de esa centuria
entraron en crisis por su abarrotamiento, y se clausuraron en su uso, al ser
considerados peligrosos focos de contagio que solamente sirvieron para ampliar
las fatales consecuencias epidémicas".
Así comienza el segundo boletín que en este 2012 publica nuestra amiga y colega Isabel Eugenia Méndez Fausto, el cual lleva por título en esta ocasión: Transformaciones cementeriales, urbanas y arquitectónicas.
Los invitamos a que accedan a este interesante material a través del link:
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