"Un día cualquiera fueron llamados por el todopoderoso a hacer parte de otros momentos, a hacer parte de otra oportunidad, a hacer parte de… ¿una nueva vida quizás?
Este interrogante es difícil de responder. De lo que si se tiene certeza es que desde el día de su partida sus dolientes los dejaron ahí, a unos en un espacio bajo la tierra, a otros en una tumba.
A algunos los visitan cada 8 días, a otros de pronto no tan frecuentemente pero lo que sí es casi seguro es que aún, a pesar del tiempo, están en la memoria de quienes compartieron con ellos terrenalmente alegrías, tristezas, infortunios, tropiezos, duros momentos e instantes felices. Están ahí, en el cementerio, de pronto no corporalmente pero si espiritualmente. Ellos son los muertos.
Es la introducción para hablar de los que están ubicados en el Cementerio Central de la ciudad de Neiva, espacio que es el más antiguo de la capital huilense que desde finales del siglo XIX y hasta la actualidad acoge a los muertos para su descanso final y sobre el que se han tejido diversas situaciones frente a si debe seguir ubicado donde está, que es una zona de permanente tráfico vehicular y de gran significado por el valor histórico, social, afectivo y paisajístico para los habitantes, o si, por el contrario debe ser reubicado".
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