"Una frase de Jorge Luis Borges aliviana su carácter de innombrable: “La muerte
es una vida vivida” decía, y así pensada, todo cambia.
Desde hace años, pero con mayor intensidad en las últimas dos décadas, las visitas guiadas por cementerios patrimoniales (denominados así cuando revisten jerarquía arquitectónica, artística e histórica digna de ser conservada) adquirieron una profusión considerable de visitantes. Recorren en grupos o en soledad, con folletos impresos, los itinerarios demarcados en camposantos con cierta monumentalidad en su arte funerario que ensalzan particularmente a los ilustres conocidos.
Si bien causa algo de extrañeza la marcha de numerosos contingentes tras un relator por los pasillos (con altoparlante y en varios idiomas en muchos casos), no son pocos los cementerios que reportan este fenómeno vinculado al turismo cultural o testimonial: 179 cementerios europeos
en 99 ciudades de 22 países se asociaron en el 2001 en la Asociación de Cementerios Significativos de Europa (Asce). América latina hizo lo propio con la Red Iberoamericana de Valoración y Gestión de Cementerios Patrimoniales que vincula las necrópolis de 12 países".
Así comienza el excelente artículo La vida vivida, publicado en La Voz por Bibiana Fulchieri, a quien felicitamos a la par que le agradecemos su interés y el apoyo que le da a nuestra labor a través de esta publicación.
Los invitamos a disfrutar de este trabajo periodístico a través del siguiente link:
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