Comunicamos que el área patrimonial de Santiago con más daños tras el terremoto, hoy se encuentra en un estado deplorable y aún sin un plan de reconstrucción, pese a ser el Monumento Histórico más grande y complejo del Chile.
Gracias a la información obtenida a través de inspecciones en terreno y de la Ley de Transparencia, sabemos que hasta junio del 2013:
- De las obras con daños ornamentales se han restaurado 11 de 71 casos.
- De las obras con daños estructurales leves se han restaurado 12 de 93 casos.
- De las obras con daños estructurales
moderados se han restaurado 21 de 139 casos.
- De las obras con daños estructurales
severos se han restaurado 13 de 49 casos.
- De las obras colapsadas se ha
restaurado 1 de 12 casos.
- En total faltan 306 obras para completar la
reconstrucción.
- El monto de las obras civiles faltantes es
de $2.770 millones (pedir informe con tasación de daños para conocer casos
y costos al detalle) y el excedente anual que genera el Cementerio y que va al
presupuesto municipal, ha bordeado en los últimos años los $2000 - $1500
millones aproximadamente.
Hoy el avance de la
reconstrucción del camposanto bordea el 16% de las 364 obras dañadas el 27/F. Un total de 54 faenas han sido realizadas por privados, Recoleta
realizó sólo 4 restauraciones con la liquidación de un seguro y con
irregularidades según el Informe N°32822 de la Contraloría.
La Contraloría también definió que la
reconstrucción debe ser impulsada y financiada por el propietario afectado y
además que existe un único propietario que es la Municipalidad de Recoleta ya
que es el titular de la inscripción del título en el Conservador de Bienes
Raíces, como consecuencia de la ley de la municipalización de los cementerios
públicos de 1982. Incomprensiblemente Recoleta y el Consejo de Monumentos
Nacionales, parecieran seguir sosteniendo que la elaboración de los proyectos y
el financiamiento de la reconstrucción es responsabilidad de los descendientes
de los fundadores de las tumbas.
Toda la experiencia de los últimos años nos
demostró que Chile y sus instituciones responsables de este patrimonio, no
están en condiciones de responder a una emergencia sísmica. En el Cementerio
General, damnificados ilustres como Manuel Arriarán siguen atrapados entre los
escombros y monumentos seriamente dañados como el de Claudio Vicuña, siguen con
riesgo de derrumbe. En el futuro peguntarán por ellos y por su legado. Si la
responsabilidad de la desaparición de sus monumentos funerarios y de sus restos
fuera de nuestra generación, tendremos que cargar con la condena de haber sido
deudos ingratos.
La realidad nos convenció de que la
institucionalidad y la legislación patrimonial chilena requieren reformas
urgentes y de una dimensión equivalente a la riqueza cultural que está en
juego. Creemos fundamental una inversión contundente de recursos del Estado
para la reconstrucción, para el rescate patrimonial y para la mantención de
monumentos nacionales a través del tiempo. Si la responsabilidad de la
reconstrucción patrimonial recae principalmente en los privados o en donaciones
de empresas privadas, no existirá una organización de prioridades nacionales y ni
tampoco se obtendrán recursos suficientes para dar a vasto con los montos de
las necesidades en caso de catástrofes.
Hoy más que nunca, Chile posee los recursos para
invertir en patrimonio y para rendir honores a su pasado, cumpliendo con
nobleza el pago del tributo a sus ancestros presentes en el Cementerio General.
Somos un país de escaso legado urbano y arquitectónico, quizás por falta de
valentía para desafiar nuestra naturaleza sísmica innata y tal vez por no
atrevernos a reconstruir el patrimonio tantas veces sea necesario, como los
hacen otras naciones tras guerras o catástrofes naturales. En Chile hoy prima
la idea de lamentar las “pérdidas irremediables” y escasamente de “salvar lo
salvable”.
Lamentamos informar que a cuatro años del
terremoto del 27 de febrero, estamos perdiendo terreno frente a la muerte
patrimonial, tragedia que hoy enluta la memoria nacional y especialmente al
Cementerio General de Santiago.
Tomás Domínguez Balmaceda
Arquitecto UC – Proyecto “La Ciudad de los
Muertos”, para el estudio, la protección, la difusión y la reconstrucción del
Cementerio General
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