"Ante la falta de nombres o al menos de cuerpos completos, a Fernando Agudelo, sepulturero del cementerio de Barbosa, Antioquia, se le ha vuelto cotidiano marcar bóvedas con palabras como "tronco", “brazo”, “pierna derecha”, la fecha de ingreso y los extensos números con los que la Fiscalía los identifica.
Durante los dos años que lleva en esa labor ha inventariado mil bóvedas —113 ocupadas con N.N. o sólo con partes de cuerpos— y ha entregado algunos cadáveres que estaban sin identificar, luego de que Medicina Legal realizara rigurosos cotejos con huellas dactilares, cartas dentales y muestras de ADN con familiares".
Durante los dos años que lleva en esa labor ha inventariado mil bóvedas —113 ocupadas con N.N. o sólo con partes de cuerpos— y ha entregado algunos cadáveres que estaban sin identificar, luego de que Medicina Legal realizara rigurosos cotejos con huellas dactilares, cartas dentales y muestras de ADN con familiares".
Así comienza el artículo publicado por el periodista Walter Arias en el periódico El Espectador, el cual ponemos a su disposición a través del link:
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