Adiós. Palabra de cinco letras unidas e indisolubles que significan, separación y despedida; pero estas mismas cinco letras con solo separar la primera silaba A Dios cambia el sentido, a una frase de dedicatoria y esperanza.
Como cambian las palabras, así nos cambia la vida cuando de la separación física se trata. En cambio la frase A Dios es un canto al ser supremo que nos concede la esperanza del rencuentro y fortalece la relación anímica en la ausencia.
A menudo se dice que las personas mueren cuando se olvidan, pero como olvidar a la amiga solidaria y comprometida con los objetivos de la Red Mexicana de Estudios de Espacios y Cultura Funerarios, A.C., a quién abrió la línea de la investigación legislativa de los cementerios y concretó la gestión, para rescatar el panteón de Oriente, en Durango (México) y la obra de Benigno Montoya, a quién revivió al cantero escultor olvidado.
Hoy querida Pilar a un año de tu ausencia, tus compañeras y compañeros de la Red de Cementerios Patrimoniales, te recordamos. Aún en tu ausencia estás presente, tu legado es importante, marcaste la huella y nosotros seguiremos el camino.
En los albores del cambio de milenio sacaste de su morada oscura a Benigno Montoya y le diste luz; hoy Benigno Montoya comparte esa luz contigo. No morirás mientras alguien visite el Museo del Panteón de Oriente.
Este día y para siempre no te decimos adiós sino te ofrecemos A Dios, esperanza de resurrección y vida eterna.
Como cambian las palabras, así nos cambia la vida cuando de la separación física se trata. En cambio la frase A Dios es un canto al ser supremo que nos concede la esperanza del rencuentro y fortalece la relación anímica en la ausencia.
A menudo se dice que las personas mueren cuando se olvidan, pero como olvidar a la amiga solidaria y comprometida con los objetivos de la Red Mexicana de Estudios de Espacios y Cultura Funerarios, A.C., a quién abrió la línea de la investigación legislativa de los cementerios y concretó la gestión, para rescatar el panteón de Oriente, en Durango (México) y la obra de Benigno Montoya, a quién revivió al cantero escultor olvidado.
Hoy querida Pilar a un año de tu ausencia, tus compañeras y compañeros de la Red de Cementerios Patrimoniales, te recordamos. Aún en tu ausencia estás presente, tu legado es importante, marcaste la huella y nosotros seguiremos el camino.
En los albores del cambio de milenio sacaste de su morada oscura a Benigno Montoya y le diste luz; hoy Benigno Montoya comparte esa luz contigo. No morirás mientras alguien visite el Museo del Panteón de Oriente.
Este día y para siempre no te decimos adiós sino te ofrecemos A Dios, esperanza de resurrección y vida eterna.
Margarita G. Martínez Domínguez
Presidenta de la Red Mexicana
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