
Durante los dos años que lleva en esa labor ha inventariado mil bóvedas —113 ocupadas con N.N. o sólo con partes de cuerpos— y ha entregado algunos cadáveres que estaban sin identificar, luego de que Medicina Legal realizara rigurosos cotejos con huellas dactilares, cartas dentales y muestras de ADN con familiares".
Así comienza el artículo publicado por el periodista Walter Arias en el periódico El Espectador, el cual ponemos a su disposición a través del link:
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