"Hay varias formas de borrar del mapa unas ruinas milenarias cuando se trata de construir un bloque de viviendas encima. Se puede, simplemente, mirar hacia otro lado cuando las excavadoras encuentran los primeros objetos antiguos y paredes romanas, fenicias o griegas. Se tapa todo bajo los cimientos y se acabó. También se puede minimizar el hallazgo. Las constructoras están obligadas por ley a reportar cualquier yacimiento que surja en unas obras, pero nadie las controla, solo se les exige una declaración responsable. Así que lo habitual es dedicar un presupuesto mínimo a rescatar ese patrimonio y cumplir con el trámite. Según los arqueólogos, en España se pierde cada año una ingente cantidad de historia antigua.
Huelva, por ejemplo, está a punto de perder para siempre la necrópolis tartésica más importante de la Península, y posiblemente del mundo, con unos 3.000 años de antigüedad. El cementerio se ubica bajo el cabezo de La Joya, uno de los cerros que dominan la ciudad de Huelva. Durante años, las piezas halladas en el lugar han sido expuestas en museos de medio mundo, incluido el Metropolitan de Nueva York. Pero el Ayuntamiento de Huelva tiene otros planes para la necrópolis. Quiere construir en el cabezo tres edificios de viviendas de 12 plantas y un cuarto edificio de 15 plantas. Los edificios tendrán un aparcamiento subterráneo de tres niveles. El cabezo y la necrópolis quedarán reducidos a 9.852m2, menos de la mitad de la superficie actual".
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