"Los humanos ya mataban a hombres, mujeres y niños de forma generalizada e indiscriminada hace 13.400 años. Es una de las conclusiones de un estudio que ha aplicado las modernas técnicas forenses a los restos de un enterramiento de finales del Paleolítico. La mayoría de las heridas fueron provocadas por armas arrojadizas, lo que apunta más a ataques de otros grupos que a violencia dentro de la comunidad. Los autores del estudio señalan también que los allí enterrados no murieron en un único enfrentamiento, sino en sucesivos ataques.
Durante la construcción de la presa de Asuán para gobernar las crecidas del Nilo (Egipto), en los años sesenta del siglo XX, se descubrió un cementerio con restos de 61 personas en Jebel Sahaba, en el norte de Sudán. Conocido como cementerio 117, sus restos fueron llevados al Reino Unido antes de que el agua del embalse los ahogara. Muchos mostraban marcas de violencia. Hay pruebas de violencia colectiva contra otros grupos también en Asia, Europa y en la misma África, pero ninguna tan antigua como esta. Los arqueólogos de entonces consideraron que este enterramiento era el primer gran testigo de guerra entre humanos modernos".
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