"Una punta de palmela es un objeto que, hace 6.000 años, otorgaba a su propietario un alto estatus social. Este objeto punzante se acoplaba al extremo de las lanzas para dañar más fácilmente a las presas. Solo la utilizaban las élites, las únicas que podían acceder a un metal escaso y caro. Cuando el cazador fallecía, la pieza era enterrada como parte de su ajuar funerario. Para evitar que nadie la usara, se doblaba hasta quedar inutilizada. Por eso, ha sorprendido encontrar una en perfectas condiciones entre las algo más de 3.700 piezas arqueológicas decomisadas (prehistóricas, íberas, romanas, visigodas y medievales) por la Guardia Civil en la comarca de Antequera (Málaga). Los investigadores estiman que su valor en el mercado negro podría ascender a más de medio millón de euros".
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