"La tumba 10.000 contenía una hallazgo impresionante. Tras más de 60 años de excavaciones en Pontecagnano, un poblado etrusco situado en el sur de Campania, los arqueólogos acababan de dar con unos restos “de gran trascendencia”. La tumba de un niño guerrero que vivió en el siglo IV antes de Cristo.
El muchacho, de apenas 12 años, fue enterrado junto con dos copas de cerámica. Una servía para la comida en el más allá. La otra para el vino (los etruscos fueron grandes exportadores de esta bebida), que le aseguraría un lugar en el banquete funerario, apuntan los investigadores de la Soprintendeza Archaeologia Belle Arti e Paesaggio di Salerno e Avellino".
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