"Por tener miedo a los vivos, como en el poema, fuimos a buscar a los muertos. La mañana, límpida, nos dio la bienvenida. Y en el cementerio, el más antiguo de Medellín que aún está en uso, nos encontramos tres historias insólitas. La primera de ellas narra cómo un escritor vallecaucano, polémico e irreverente, inauguró su propia tumba. Estando en la necrópolis, entre tumbas barrocas y pesadas placas de mármol, tomamos aire y, en silencio, escuchamos las voces de los que ya no la tienen.
Caminando despacio, detrás de nuestra guía, entramos a la rotonda central, que está circundada por unas palmeras que, a falta de cipreses, le ofrecen su estampa fúnebre al cementerio. La guía es Ana Isabel Cadavid, historiadora y coordinadora de investigación del Cementerio San Pedro. “La mejor manera de conocer la historia de Medellín es viniendo al cementerio. En él se puede hacer una lectura de la sociedad antioqueña desde 1842, cuando se fundó, hasta el día de hoy”, nos dice, cerca ya de una de las tumbas célebres".
Los invitamos a continuar disfrutando de esta maravillosa crónica escrita por el periodista Miguel Osorio Montoya y publicada en el diario El Colombiano, la cual está disponible a través del siguiente link: